HERNÁN CORTES

Acuarela de Weiditz. (Retrato del natural de Cortés, 1529)

 

      "Nació en la villa de Medellín (Badajoz), del señorío de los Portocarrero, en algún año comprendido entre 1482 y 1484. Sus padres, Martín Cortés El Mozo y Catalina Pizarro Altamirano, eran de ascendencia hidalga y disponían de unas rentas modestas pero suficientes. Siendo muy joven su progenitor lo envió a Salamanca a casa de su hermanastra Inés Gómez de Paz. Sin embargo, no mostró un gran interés por los estudios por lo que en 1504 se embarcó rumbo a la Española, en la nao de Alonso Quintero. Vivió -o malvivió- como asistente de la notaría de Azua, cuya titularidad la ostentaba Diego Velázquez, futuro teniente de gobernador de Cuba. En 1511 viajó a esta última isla, adquiriendo en breve plazo un gran prestigio social y una buena posición económica.

     En los primeros años mantuvo unas magníficas relaciones con el teniente de gobernador Diego Velázquez, gozando de su apoyo y protección. Sin embargo, su relación no tardó en enfriarse ya que ambos tenían sus propios proyectos expansivos, incompatibles entre sí. El 10 de febrero de 1519, zarpó clandestinamente con 11 barcos, 550 hombres, 16 caballos y 14 cañones. Tras diez días de navegación, llegaron a la isla de Cozumel, donde se encontraron con Jerónimo de Aguilar, superviviente de un naufragio, que hablaba la lengua de los mayas. Éste y doña Marina, la Malinche, una india que le fue regalada en Tabasco, se convirtieron en sus interlocutores con el mundo mexica. Prosiguieron su viaje hacia San Juan de Ulúa fundando, pese a la prohibición de Velázquez, la ciudad de Veracruz. El poder municipal quedó en manos de sus habitantes, al tiempo que estos nombraron al metellinense como su capitán general. Consumada la traición, envió a dos emisarios a la corte del emperador para tratar de justificar sus acciones. Acto seguido desguazó los navíos para evitar que algunos opositores volviesen a Cuba a informar de la defección a Diego Velázquez.

      La hueste avanzó sobre Tlaxcala que, tras una dura resistencia, firmó la alianza. El 11 de octubre de 1519 partieron, acompañados por varios miles de cempoaleses y tlaxcaltecas, con el objetivo explícito de entrar en Tenochtitlán, capital de los mexicas. Antes pasaron por la ciudad sagrada de Cholula, la cual fue saqueada y sus habitantes masacrados, en un acto de barbarie que tuvo como objetivo amedrentar a sus oponentes. Y surtió efecto, pues Moctezuma, paralizado por el miedo, decidió dejarlos entrar en la capital.

     El de Medellín lo tenía todo bajo control hasta que llegó a las costas de Veracruz un enviado de Diego Velázquez, el segoviano Pánfilo de Narváez, al mando de 1.400 hombres. Su derrota no fue un problema, aunque sí la rebelión indígena que sufrió Pedro de Alvarado en Tenochtitlán, aprovechando la ausencia del metellinense. Retornó a toda prisa, pero era demasiado tarde. Obligó a Moctezuma a que se asomara a una terraza del palacio para calmar a sus súbditos pero estos lo abatieron de una pedrada, mientras las huestes huían precipitadamente en la llamada Noche Triste, en la que murieron 800 hispanos y más de 5.000 indios auxiliares. Consiguieron alcanzar Tlaxcala, donde Cortés reorganizó a sus hombres y los preparó psicológicamente para el combate final. Acto seguido se libro la decisiva batalla de Otumba en la que el ejército mexica fue derrotado. Ya solo faltaba asediar y tomar la gran ciudad de Tenochtitlán, la cual cayó el 13 de agosto de 1521.

     Mostró un especial interés por la exploración del océano Pacífico, lo que entonces se conocía como el Mar del Sur. Sin embargo, a partir de la llegada de funcionarios reales el metellinense se sintió agraviado, viéndose obligado a acudir personalmente a la Corte a reclamar sus derechos. En Castilla, intentó recuperar sus honores, consiguiendo que el monarca le otorgara el título de marqués del valle de Oaxaca y el cargo de capitán general, aunque sin funciones gubernativas. El 15 de julio de 1530 estaba de regreso en Veracruz, estableciéndose en Cuernavaca desde donde exploró el golfo de California. En 1540 decidió regresar a España por segunda vez con la intención de continuar la defensa de sus derechos. Lo hizo pensando en regresar a la tierra que le dio honra, fama y fortuna, pero las circunstancias hicieron que no viera cumplido su objetivo. La muerte le sorprendió en Castilleja de la Cuesta (Sevilla) el 2 de diciembre de 1547". 

                                        ©  Esteban Mira Caballos (20/03/2014)

 

     Esteban Mira  es autor de la última biografía de  Cortés : MIRA CABALLOS, Esteban: Hernán Cortés. El fin de una leyenda. Badajoz, Fundación Obra Pía de los Pizarro, 2010.

 

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