EL PUEBLO CELTA.

 

        Los celtas no eran una raza estricta y concreta, ni siquiera un pueblo unificado, sino unas tribus arias homogeneizadas por el parentesco y por un hábitat y unas costumbres comunes, que poblaban el centro de Europa constituyendo una especie de agrupación de sociedades.

        La primera oleada celta se vertió por los Pirineos hacia el 900 a. C. , aprovechando los distintos pasos fáciles. Unos grupos procedentes del valle del Ródano, ocuparon las llanuras de Urgel, lanzando oleadas hacia el Ebro oriental y hacia la zona de Cataluña

        Por entonces no sucedió nada más. Durante dos siglos, los celtas no turbaron la vida de los pobladores del norte de Iberia; pero, a partir del 700 a. C. unos y otros van a llenar nuestra edad de Hierro con episodios bien conocidos y de amplias resonancias. Entre esta fecha y el 570 se producen tres grandes oleadas y una infinidad de oleadas intermedias. Es hacia el 600 a.C. cuando en una de estas oleadas los celtas llegan al noroeste de la península y se asientan en las zonas de Galicia, Asturias, León, Zamora, etc... . Esta invasión, pese a su fuerza, no logra crear poblados o ciudades celtas de importancia sino que los invasores fueron mezclándose con los habitantes del lugar creando una cultura con rasgos ibéricos y celtas: se trata de los Celtíberos.

        Este hecho, y las circunstancias que lo rodean, va a condicionar el destino de los futuros españoles, puesto que altera profundamente su vida, costumbres y composición étnica; aunque dependiendo siempre de las regiones: por ejemplo en Galicia, Portugal y Extremadura los celtas se conservan casi totalmente puros; es el caso de los Célticos (Extremadura), Galaicos (Galicia y norte de Portugal y Zamora), Verones (La Rioja y Burgos) o los Vascones (Navarra y Euskadi). En otras zonas se dan pueblos con más o menos sangre céltica, producto de la mezcla de los indígenas con los celtas y calificados como celtíberos. Entre ellos están: Vetones (Salamanca y parte de Zamora), Carpetanos (Toledo, Ciudad Real, etc...), Vacceos (Valladolid, parte de Zamora y Palencia) y Astures (Asturias y León).

        El carácter de estos pueblos acusa grandes diferencias entre los habitantes del sur y del este (más cultos, artistas y pacíficos) y los de la Meseta y el noroeste (rudos y guerreros.

 

 

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