D. Juan Alfonso de Alburquerque:

 

        D. Juan Alfonso de Alburquerque fue un caballero de origen portugués, nieto de reyes portugueses y castellanos, por línea ilegítima. Era hijo de D. Alonso Sánchez (a su vez hijo bastardo del rey D. Dionis de Portugal y de Dña. Aldonza Rodrígues Téllez). Su madre  fue doña Teresa Sánchez (al parecer hija natural de D. Sancho IV de Castilla y doña María Alonso Ucero). Los biógrafos portugueses, suelen aplicarle el calificativo de "Bueno".

     Dada la gran amistad y el parentesco que le unía a Alfonso XI (El Justiciero), del que era primo, se le encargó ser ayo y preceptor de su hijo D. Pedro, del que era,  a la vez, tío por doble línea de sangre. Posteriormente, D. Pedro I el Cruel le haría su valido, durante el primer período de su reinado (1350-1356).  

    D. Juan Alfonso de Alburquerque casó con una pariente suya -Dña. Isabel de Meneses-, reuniendo así en el matrimonio las dos ramas de su familia portuguesa y acumulando sus inmensos señoríos. Tuvo un hijo, al que puso su mismo nombre, que fue Alférez Mayor del Infante D. Pedro. Sin noticias posteriores de él, posiblemente porque muriera, su segundo hijo del matrimonio, D. Martín Gil, es nombrado como Adelantado Mayor de Murcia y en un privilegio fechado en Murcia, el 12 de Febrero, dirigido a la ciudad de León, por el cual se concedía privilegios a esta ciudad,  figura como señor de Medellín. A su muerte, envenenado según las Crónicas del Rey D. Pedro, al no dejar herederos, el señorío de Medellín -muy apetecido por su extensión y riqueza- pasa a manos de su padre Don Juan Alfonso de Alburquerque.    

 

         El poder de este noble fue total en la primera parte del reinado de Pedro I, quien le declara su valido, dejándole hacer en todas las tareas de gobierno.

            Con esta situación político-social de fondo, la nobleza aprovecha este momento para sublevarse. En este contexto, D. Juan Alfonso de Alburquerque no duda en asistir a una Junta de Caballeros y personas notables, reunidas en Valladolid para estudiar el descarado escándalo público del rey con Dña. María de Padilla, y tomar decisiones. La coalición nobiliaria era muy heterogénea: los bastardos de Alfonso XI, de los cuales era la cabeza Enrique, casado con Juana Manuel; Fernando de Aragón, candidato al trono de Castilla si Pedro I moría sin sucesión. El propio D. Juan Alfonso salió elegido para comunicar al rey lo acordado, (reprocharle las escandalosas y públicas relaciones adúlteras con María de Padilla), cosa que así hizo, logrando que la ira del rey recayera implacablemente contra su antiguo preceptor y valido, cayendo en desgracia, desde ese momento (1353).  

        La ira de D. Pedro, para con su preceptor y ex-valido tuvo, entre otras,  las siguientes consecuencias, en Extremadura: 

 

        D. Juan Alfonso de Alburquerque, enemigo declarado ya de Pedro I, tomó parte en la conjura para que el reino de Castilla pasara a Portugal, aliándose con D. Enrique y D. Fadrique y murió envenenado, a instancias de Pedro I, en Medina del Campo, a finales de Septiembre/primeros de Octubre del año 1354. El rey le despojó de todos sus privilegios y propiedades. Tan sólo un año antes, el 3 de Junio de 1353, había presidido la ceremonia de boda de D. Pedro y Doña Blanca de Borbón, como padrino de la ceremonia, junto a la reina doña Leonor de Aragón, en Santa María la Nueva (Valladolid).

 

    El fuerte carácter del de Alburquerque, le hizo llevó a dejar escrito en su testamento que  su cuerpo no debía ser enterrado hasta que se lograran sus propósitos y "así el cadáver cabalgaba junto a sus huestes, estando presentes en los consejos de guerra, hablando por él su mayordomo Rui Díaz de la Cabeza de Vaca"

    A su paso por la ciudad de Toro se hizo un desfile delante de su cadáver, llamando una vez más al Rey al orden moral. Luego se procedió a darle sepultura, según su deseo, en el Monasterio Cisterciense de la Espina, (cercano a la localidad de Ureña, en Valladolid) cuyas obras había concluido, y donde fueron enterrados su esposa, doña Isabel de Meneses y su hijo, D. Martín Gil.

 

 

                  

Escudos del linaje de D.Juan  Alfonso de Alburquerque.