MARÍA DE ESTRADA

MARIA DE ESTRADA:

UNA MUJER-SOLDADO EN LA HUESTE DE HERNÁN CORTÉS

      María de Estrada (¿Sevilla?, f. s. XV - México, mediados el s. XVI) fue una figura relevante en la conquista de México y está considerada como una de las pocas mujeres soldado que participaron el ella. Se cree que viajó en 1509 acompañando a su hermano, el conquistador sevillano Francisco Estrada, para establecerse allí.

 

     María, a finales de la segunda década del s. XVI, vivía en Cuba donde se casó con Pedro Sánchez Farfán. No es seguro que estuviera en Matanzas cuando los españoles fueron atacados por los indios taínos y pudo salvar la vida por su condición de mujer, lo que le valió el indulto de los indios. Aunque para algunos estudiosos pasó a Nueva España en abril de 1520 en la expedición de Pánfilo de Narváez, con los datos históricos contrastados existentes, podemos afirmar que formó parte de la expedición de Hernán Cortés, aunque Bernal no la cite entre los embarcados. (Véase Gómez-Lucena, pp. 226-227)

     Participando plenamente en la expedición de Hernán Cortes, sobrevivió a la llamada Noche Triste, en la que los españoles fueron derrotados por el ejército mexicano. También participó en la batalla de Otumba. 

      Díaz del Castillo y otros cronistas la describen como mujer valiente y luchadora. El cronista Diego Muñoz Camargo, añadió detalles de las acciones de aquella mujer. En su Historia de Tlaxcala de 1802, dejó este apunte: «En esta tan temeraria llamada la noche triste [...] se mostró valerosamente una señora llamada María de Estrada, haciendo maravillosos y hazañeros hechos con una espada y una rodela en las manos, peleando valerosamente con tanta furia y ánimo, que excedía al esfuerzo de cualquier varón, por esforzado y animoso que fuera, que a los propios nuestros ponía espanto»

        Juan Torquemada y Francisco de Cervantes mencionaron a esta mujer soldado, que «a ratos se dedicaba al cuidado de heridos y enfermos». Bernal Díaz del Castillo, el joven soldado y cronista de Cortés, sólo cita a María de Estrada en tres párrafos a lo largo de sus 213 capítulos de la Historia verdadera de la Conquista de la Nueva España, y se refiere a ella como «buena e honrada mujer», pero también le endosa el calificativo de «... la vieja María de Estrada»

        Finalizado el repliegue en Tlaxcala, mientras se preparaba la ofensiva final para la toma de Tenochtitlán, ante la intención de que las mujeres se quedasen en la ciudad aliada, María de Estrada, le dijo a Hernán Cortés:

     "No es bien, señor capitán, que mujeres españolas dexen a sus maridos yendo a la guerra; donde ellos murieren moriremos nosotras, y es razón que los indios entiendan que son tan valientes los españoles que hasta sus mujeres saben pelear, y queremos, pues para la cura de nuestros maridos y de los demás somos necesarias, tener parte en tan buenos trabajos, para ganar algún renombre como los demás soldados". (Cervantes de Salazar, Crónica de la Nueva España; en Gómez-Lucena, E. p. 225)

 

    Tras la caída definitiva del imperio azteca vivió en Toluca, Cortés la recompensó por su valentía y le concedió la encomienda de Tetela del Volcán, Nepopualco y Hueyapan. En 1533 murió su esposo y se volvió a casar con Alonso Martín, otro conquistador, aunque siguió viviendo en sus tierras de Toluca. Está considerada como una mujer pionera, por su papel de activa guerrera durante la campaña de conquista y posteriormente por ejercer de encomendera y llevar ella directamente los asuntos de sus tierras e indios.

 

      Respecto del papel jugado por la mujer en la exploración, conquista, colonización y aculturación de América, magníficamente desarrollado en el ensayo de Eloísa Gómez-Lucena (Españolas en el Nuevo Mundo...), lo resume sintéticamente Iván Vélez con estas palabras:


© Tomás García Muñoz
31 de marzo de 2022

Imágenes

Ilustración de María de Estrada, utilizada por Gloria Durán en su libro 'Maria de Estrada: Gypsy Conquistadora' E.M.
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